En Limaná, las propinas otorgadas por nuestros comensales son un reconocimiento directo al esfuerzo, la dedicación y el talento de nuestro equipo. Por ello, todo lo recaudado se reparte íntegramente entre quienes día a día hacen posible nuestra experiencia: cocineros, meseros y colaboradores que, con compromiso y esmero, dan lo mejor de sí.
Este reparto no es arbitrario. Lo hacemos con criterios que valoran el nivel de responsabilidad y el desempeño de cada miembro, reconociendo cualidades como la eficacia, la creatividad y, sobre todo, el compromiso con nuestro propósito. Porque creemos que el éxito no es individual, sino un logro compartido, y que cada gesto de agradecimiento del comensal debe volver, íntegro, a quienes lo hicieron posible.