En Perú, la riqueza de nuestros microclimas nos regala una diversidad agrícola que pocos lugares en el mundo pueden igualar. Sin embargo, sabemos que la verdadera calidad y el valor nutritivo de estos productos dependen del cuidado de la tierra y del respeto por la estacionalidad de las cosechas. Aunque aquí las estaciones no nos limitan tanto como en otras latitudes, seguimos fieles a sus ritmos, seleccionando solo lo que la naturaleza ofrece en su momento justo.